El vivo.
Anna Starobinets.
Traducción de Raquel Marqués García.
Traducción de Raquel Marqués García.
Nevsky Prospects.
384 páginas.
PVP: 24€.
Fecha de publicación: noviembre de 2012.
Definida, “sin exageración alguna”, como la
Philip K. Dick rusa, en palabras del prestigioso crítico Lev Danilkin, la autora
de Una edad difícil, Anna Starobinets
(1978), vuelve de nuevo de la mano de Nevsky Prospects a demostrarnos por qué es
la autora más destacada de la nueva generación de escritores rusos de ficción
fantástica.
Esta licenciada en Filología por la
Universidad Estatal de Moscú que ejerce actualmente el periodismo en el Russki
Reporter reta ahora, seis años después de que apareciera su primera obra, a sus
lectores a adentrarse en un mundo que, tal y como lo conocemos, ha llegado a su
fin. Tras la Gran reducción, la población de la Tierra se mantiene fija en tres
billones de habitantes. Nadie muere: al final de sus vidas las personas renacen
en algún otro lugar del globo; un código de encarnación mantiene la información
sobre sus vidas anteriores. Ya no hay individuos, cada ser humano no es más que
un elemento en una conciencia mayor: El Vivo.
Este cerebro central –núcleo de una
pesadilla distópica que nos devuelve inevitablemente ecos de otras creaciones
de algunos de los grandes maestros del género–, lo decide todo: dónde vivirán
las personas, cómo será su trabajo, cuánto tiempo se les permitirá sobrevivir
en su encarnación actual... Hasta que nace un ser humano sin código, y todo el
sistema planetario se ve amenazado...
En el prólogo al celebrado Una edad difícil, obra finalista del Natsionalny
Bestseller, el escritor Ismael Martínez Biurrun señalaba que aunque “a menudo
se nombra a Stephen King y a Neil Gaiman entre sus influencias, lo que esta
joven acepta con entusiasmo de fan”, Starobinets, no prescindía de sus propias
raíces, toda vez que en esos cuentos latía
la presencia de “Gógol, Bulgákov y el mejor cirujano-basurero mundial de la
obsesión humana, Fiódor Dostoievski.”
Esta simbiosis convierte en especialmente
interesante la obra de esta autora que ha sido también calificada en su país
como “la Petrushévskaia de la nueva generación”. Se da, además, la coincidencia
de que como en esta maestra de la literatura fantástica contemporánea – autora
de la necesaria colección de relatos Érase
una vez una mujer que quería matar al bebé de su vecina–, también Starobinets
ha cultivado la literatura infantil. Como Shirley Jackson o Joyce Carol Oates,
dicho sea de paso.
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