Todos los cuentos.
Antonio Pereira.
Prólogo de Antonio Gamoneda.
Siruela.
893 páginas.
29,95 euros.
Fecha de publicación: septiembre de 2012.
Se aproxima la navidad y algunas editoriales se van encargando ya de recordarnos cuáles son esos títulos publicados en 2012 que no pueden faltar en ninguna biblioteca de esas tan celosas como para no dejar que sus ejemplares salgan en préstamo como hospitalarias cuando se trata de dejar sitio, no importa cuán concurrido se encuentre el vecindario, a un nuevo amigo.ç
Publicado hace un par de meses y, por lo tanto, prácticamente todvía una novedad, Siruela nos recuerda que si no lo hemos hecho todavía, este crudo invierno puede ser el momento adecuado para afrontar la lectura de Todos los cuentos, de Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo, León, 1923-Madrid, 2009). El escritor leonés, practicante devoto del filandón, viajero visionario y vitalista por los vasos comunicantes de la memoria y el sueño que entre 1967 y 2007, dos años antes de su muerte, publicó hasta seis libros de cuentos, cuatro antologías y dos libros misceláneos, nos brinda ahora la oportunidad de poder disfrutar de manera íntegra con esas narraciones breves que nos permiten trazar desde su deslumbramiento juvenil por Rimbaud y la literatura francesa al diálogo amistoso con maestros del género como Borges o Cunqueiro.
“Antonio Pereira, poeta original y a su manera ‘raro’, es decir, huidizo a las clasificaciones que lo agruparían según el criterio o la falta de criterio vigentes” – como escribiera Ricardo Gullón– ha logrado, creo yo, dominar el arte de la narración breve con una destreza no inferior a la de sus coetáneos mejores.”
Encuadrado entre los autores del medio siglo y la generación que destacaría durante la Transición y situado durante toda su vida al margen de grupos y generaciones, sus cuentos, reunidos en un volumen que casi alcanza las 1.000 páginas, rezuman un humor irónico, referencias culturalistas, preocupación social, gusto por la sorpresa, y lirismo. En cada página el lector encontrará así un huésped conmovedor, la emoción compasiva por los humildes, la sonriente raíz cervantina del elogio de la libertad, “la desnuda toma de verdad” como dejó escrito Vicente Aleixandre refiriéndose a la poética de Pereira. Y es que como escribe Antonio Gamoneda en el prólogo a la edición de esta obra:
“...tú, esencialmente, eres poeta, y, precisamente porque eres poeta, escribes una prodigiosa narrativa breve.”
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