Ifni, la última aventura colonial
española.
Manuel Chaves Nogales.
Editorial Almuzara.
Formato: Rústica. 14,5 x 22 cm.
152 páginas + 8 ilustraciones.
PVP: 15,95€.
Fecha de publicación: noviembre de 2012.
Después de haber publicado con notable
éxito otros títulos del autor como La ciudad, Bajo el signo de la esvástica o Andalucía
roja y la Blanca Paloma, vuelve a la librerías con una nueva entrega –y no será
la última, apuntan los responsables de la editorial–, Manuel Chaves Nogales (Sevilla,
1897-Londres, 1944), en este caso trayéndonos bajo el brazo un amplio
reportaje realizado para el diario Ahora, entre abril y mayo de 1934, titulado Ifni, la última aventura colonial
española, que resulta a día de hoy un documento imprescindible para conocer las circunstancias en las
que se llevó a cabo la ocupación por medio de una exigua fuerza expedicionaria
española (a la que se “acopló” el periodista) del territorio marroquí de Ifni,
situado en la costa suroeste, justo por encima del Sáhara occidental, ordenada
por el gobierno de la República.
Ifni era una posesión colonial hasta
entonces no hecha efectiva y abandonada como “uno de esos objetos valiosos que
se apolillan en los desvanes”, según narra el autor y que “ahora la República,
buena señora de clase media, que no puede permitirse el lujo de tener cosas de
valor abandonadas en los desvanes, se encuentra con este residuo colonial, lo
desempolva, y se pregunta: ¿para qué puede servir esto a mis hijos? La vida es
dura; hay que sacar provecho a todo y liquidar lo que no sirva para nada”.
Chaves Nogales que siempre había
defendido que “Marruecos es un hecho tan confuso que todo es posible”, visitará
junto a algunos militares toda la zona
sin peligro, realizará amistosas entrevistas a los jefes locales, tan llenas de
humor como de respeto y trazará un breve perfil del héroe del momento, el
coronel Capaz, y de las riquezas y miserias del territorio. Sin embargo, a
pesar de su sorpresa y alegría ante el carácter poco traumático y nada violento
de la expedición, Chaves Nogales no dejará de advertir –sin saber que pisaba el
futuro escenario de la última guerra colonial española, el episodio de SidiIfni entre 1957 y 1958- entre las
diferencias de una “verdadera ocupación” y una simple “posesión simbólica del
sitio”.
Redactor jefe de El Heraldo y director de
Ahora, el sevillano Chaves Nogales se convirtió en la referencia más avanzada
del periodismo en la época de la República, pero no ha sido hasta fecha muy
reciente –gracias a la labor de investigadoras como María Isabel Cintas,
instituciones como la Diputación de Sevilla o editoriales como las andaluzas
Renacimiento y Almuzara–, que ha sido
reconocido como una de las referencias de la literatura y el periodismo español
del siglo XX.
En 1921, justo mientras dejaba preparada
la publicación de su primer libro, La ciudad, dedicado a escudriñar el alma
difícil de su ciudad natal, se marchó a Madrid, haciendo escala en Córdoba, para hacer
carrera en el mundo del periodismo, en el que no tardaría en brillar gracias a reportajes
de denuncia como los que firmó sobre la Rusia bolchevique y los regímenes
fascistas. Su obra literaria, entre el
periodismo y la novela, dejó varios libros fascinantes de tema ruso (como La
vuelta a Europa en avión, La bolchevique enamorada, Lo que ha quedado del
imperio de los zares y El maestro Juan Martínez que estaba allí) y ya en 1935
conquistará un enorme éxito editorial con su archiconocida serie periodística
sobre Juan Belmonte aparecida en La Estampa y La Nación, que sería publicada en forma de
libro y le daría fama internacional.
Con la guerra tuvo que abandonar España
y, tras un periodo en París, del que surge buena parte de su libro La agonía de
Francia (1941), se instala en Londres, donde seguirá desarrollando una labor
periodística internacional de primera fila. En el clima de exilio y guerra, con
la salud muy desmejorada, una desafortunada intervención quirúrgica le produjo
la muerte mientras preparaba un libro con los testimonios de refugiados de la
ocupación alemana.
Del autor del reportaje que ahora
recupera Almuzara, dijo el escritor Antonio Muñoz Molina –en aquella ocasión
con motivo de la publicación de la obra de Chaves La defensa de Madrid–: “ hasta descubrir este
libro yo estaba seguro de que los mejores testimonios sobre la defensa de
Madrid eran los de Arturo Barea y Max Aub. Chaves está a la altura de
cualquiera de los dos. Y como en Barea y en Aub, el testimonio de Chaves es de
una madurez política que a estas alturas, tantos años después, provoca tanta
admiración y tanto escalofrío como su calidad literaria y humana”.
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