De buen humor.
José Santugini.
Prólogo de Santiago Aguilar.
Pepitas de calabaza.
Formato: Encuadernado en cartoné. 22 x 15
cm.
260 páginas.
PVP: 20€
Fecha de publicación: septiembre de 2012.
La “editorial con menos proyección que un
cinexín pero con muchas más luces”, según proclaman en su página web, esto es, Pepitasde calabaza, regresa con fuerza este otoño incorporando unas cuantas nuevas
perlas a su cuidado catálogo.
Orquestas caníbales, ratas de hotel,
trepadores de fachadas, mujeres extraordinarias y actores extras, fantasmas
residentes, almas de tamaño descomunal, magos de la caracterización y otros
increíbles y singulares personajes son los protagonistas de De buen humor,
colección de relatos escritos por José Santugini (Toledo, 1903–Madrid, 1958) en
las primeras décadas del siglo XX y publicados en revistas de entonces, como
Blanco y Negro o Cinegramas.
Director de cine y de teatro, aunque
quizá sea más conocido como guionista de cine por sus trabajos en colaboración
con Ladislao Vajda, con quien colaboró en la escritura de indiscutibles obras
maestras como Mi tío Jacinto o El cebo, o Edgar Neville, a quien acompañó en La
torre de los siete jorobados, Santugini es uno de los humoristas menos
conocidos de la generación que surgió de las páginas de la revista Buen Humor.
Tal es así que, aunque en las necrológicas
que lamentaron su prematura muerte se afirmaba que Santugini era “acaso el
mejor guionista cinematográfico que en la actualidad poseía nuestro país”, nunca
antes estos textos recogidos ahora por el sello riojano, habían saltado de
las páginas de aquellas revistas a las de un libro, por lo que esta
recopilación que nos muestra a un escritor que posee un humor fino, muy moderno
y nada costumbrista, supone un verdadero hallazgo, un soplo de aire limpio, y
una muestra de aquella frescura literaria que resultó arrasada tras el
levantamiento militar y el consecuente hundimiento vital e intelectual que la
Guerra Civil trajo consigo.
De buen humor lleva prólogo y notas de
Santiago Aguilar, (Madrid, 1959), responsable de títulos como Edgar Neville,
tres sainetes criminales o La Codorniz en cinta: del humorismo al cine y vuelta
(1928-1978); y miembro de La Cuadrilla, con la que realizó, en complicidad
con Luis Guridi a en la década del '90 la célebre trilogía de largometrajes formada por Justino, un asesino de la tercera edad, Matías,
juez de línea y Atilano Presidente.
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