Después de trabajar como fotoperiodista captando la realidad estadounidense de costa a costa, el neoyorquino Sam Shaw se volvió hacia el cine, donde pronto se convirtió en el fotógrafo favorito de Hollywood colaborando con publicaciones como Life, Look, Paris March, Vogue o Harper´s Bazaar. Sin embargo sería su colaboración con Billy Wilder la que le permitiría hacer una de las fotografías más célebres no ya sólo de toda su carrera sino del siglo XX.
Shaw llamó “la foto que dio la vuelta al
mundo” a esa imagen que nos muestra a Marilyn Monroe de pie, sobre
una rejilla de ventilación del metro, con un vestido blanco levantado por una
ráfaga de aire, que fue tomada durante el rodaje de La tentación
vive arriba, al que había acudido Shaw invitado por el director. Shaw,
amigo de Monroe desde el rodaje de Viva Zapata, la
fotografiaría hasta su dramática muerte en 1962.
Marilyn Monroe en el rodaje de La tentación vive arriba, Nueva York, 1954.
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El fotógrafo, que prefería las fotos
inesperadas, cuanto los actores no posaban, a menudo sin maquillaje y fuera de
escena, retrató durante años a las grandes estrellas del Hollywood dorado de
los años 50 y 6º. De este modo, celebrities
como Ingrid Bergman, Elizabeth Taylor, Sophia Loren, Audrey Hepburn, Marlon Brando, John Cassavetes, Anthony Quinn o Woody Allen pasaron por el
objetivo de la cámara de un artista al
que nadie le discute su condición de pionero de un estilo artístico y de una
técnica que sentaría las bases para una nueva forma del cine art house.
Sophia Loren, Orgullo y Pasión, España, 1957.
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Ahora, los herederos de quien habría cumplido en este 2012 cien años, han cedido generosamente 100 de sus mejores fotos para la colección de Reporteros Sin Fronteras, 100 fotos por la libertad de prensa. El álbum, que presenta una más que interesante retrospectiva de su carrera, ofrece también una mirada de Ed Ou, ganador del Premio de Corresponsales de Guerra Bayeux Calvados 2012 en la categoría “joven foto-reportero”; una entrevista con el joven fotógrafo congoleño Baudouin Mouanda; y el testimonio de Laurent Van der Stockt del infierno vivido en la ciudad siria de Aleppo, junto con el texto del periodista que le acompañaba, Jean-Philippe Remy.
Marilyn Monroe en su camerino, Nueva
York, 1955.
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