Cambios.
Mo Yan.
Traducción de Anne-Hélène Suárez Girard.
Seix Barral. Col: Biblioteca Formentor
Formato:
Rústica con solapas. 13,3 x 21 cm.
128 páginas.
Fecha de publicación: noviembre de 2012.
PVP: 16.50 €. Ebook: 9.99 €
Con apenas unas semanas de diferencia,
Seix Barral ha puesto en el mercado sendas obras de dos grandes maestros de las
letras orientales, a la sazón Premios Nobel de literatura. Del primero,
omnipresente al menos durante su año de reinado, se ha dicho ya casi todo (y de
todo, habría que precisar). El chino Mo Yan (nacido en Gaomi, Shandong, en
1955), exmiembro del Ejército Popular de Liberación, al que pertenecía cuando empezó
a escribir con algo más de veinte años, se dio a conocer en 1981 con su primera
novela Lluvia en una noche de primavera.
Sin embargo, el éxito no le llegaría hasta años después con títulos como El rábano transparente y, sobre todo, El sorgo rojo (1987), título publicado
en España, como algunos más, por la editorial Kailas que sería llevado al cine,
obteniendo espléndidas críticas, por el realizador Zhang Yimou.
Si en Grandes
pechos amplias caderas, obra prohibida por las autoridades de Pekín, Mo Yan
retrataba casi un siglo de historia de China a través de los ojos de una mujer,
en Cambios, obra cuyos derechos
raudamente adquirió su nueva editorial nada más conocerse su reconocimiento universal,
son los últimos cuarenta años de la historia de su país los que se reflejan a
través de los ojos de un chico que se hace mayor en un mundo demasiado
estrecho.
Esta novela, que se mueve de nuevo entre
la tradición china y la occidental, que nos cuenta la vida de gente corriente,
como He Zhiwu, héroe que no reconoce principio de autoridad alguno, o Li Wenli,
una chica testaruda, acostumbrada a tomar siempre la decisión correcta que la
lleva hacia el camino equivocado, es sobre todo la evocación cómplice de la existencia del propio autor a
través de sus diferentes facetas de estudiante, obrero, militar y escritor.
Comparado con Kafka por su manera de
entreverar realidad, sueño, y sátira, gran parte de la crítica internacional ha
aplaudido unánimemente su inesperado encumbramiento, en lo que muchos
consideran el triunfo del arte sobre la política, de la libertad del creador
sobre las cadenas del régimen despótico bajo el cual ha desarrollado, buscando
la sombra, toda su carrera.
¡Adiós, libros míos!
Kenzaburo Oé.
Traducción de Terao Ryukichi.
Seix Barral. Col. Biblioteca Formentor.
Formato: Rústica con solapas.
384 páginas.
Fecha de publicación: noviembre de 2012.
PVP: 20€. Ebook: 13,99€.
Si Moy Yan era prácticamente un
desconocido para la comunidad hispanohablante hasta hace unos meses, no ocurría
ni mucho menos lo mismo con Kenzaburo Oé (Ose, Japón, en 1935), al que Seix Barral ha
publicado profusamente durante años. Considerado el escritor más destacado de
Japón de su generación, es autor de varias colecciones de relatos y ensayos,
así como de más de veinte novelas, entre las que destacan La presa (1958), Una cuestión
personal (1964), ¡Despertad, oh
jóvenes de la nueva era! (1983), o Salto
mortal, a las que hay que añadir las que protagoniza su álter ego, Kogito Choko. Nos referimos a Renacimiento, El chico de la
cara melancólica (de próxima publicación en Seix Barral) y la que ahora
acaba de aparecer.
En ¡Adiós,
libros míos! nos encontramos con Kogito Choko, un escritor de reputación
mundial que, ya anciano, ha sido herido de gravedad en una manifestación y
que durante su convalecencia en el
hospital se reencuentra con su amigo de la infancia Shigeru Tsubaki, un
conocido arquitecto recién jubilado con quien Kogito perdió el contacto hace
años.
Junto a su viejo compañero, Kogito repasa etapas importantes de su vida: su infancia en el bosque, sus primeros escritos o la enemistad con Yukio Mishima. Desasosegados ante el recuerdo de tantos amigos ya fallecidos, la extravagante pareja busca una luz de esperanza en compañía de la poesía de T. S. Eliot.
Se trata, pues, de un libro, en este sentido cercano al de Mo Yan, por lo que tiene de autobiográfico, en el que el autor nipón, calificado en su día por Henry Miller como un “legítimo heredero de Dostoievski” hace balance de su carrera literaria como escritor y como lector, y construye un homenaje estimulante y sorprendente del mundo de los libros.
Junto a su viejo compañero, Kogito repasa etapas importantes de su vida: su infancia en el bosque, sus primeros escritos o la enemistad con Yukio Mishima. Desasosegados ante el recuerdo de tantos amigos ya fallecidos, la extravagante pareja busca una luz de esperanza en compañía de la poesía de T. S. Eliot.
Se trata, pues, de un libro, en este sentido cercano al de Mo Yan, por lo que tiene de autobiográfico, en el que el autor nipón, calificado en su día por Henry Miller como un “legítimo heredero de Dostoievski” hace balance de su carrera literaria como escritor y como lector, y construye un homenaje estimulante y sorprendente del mundo de los libros.
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