El
acontecimiento de la literatura.
Terry Eagleton.
Península.
Formato: 23x15 cm.
300 páginas.
PVP: 25,90€.
Fecha de publicación: abril de 2013.
¿Qué es la literatura? ¿Por qué nos
interesa tanto? ¿Qué aporta hoy en día? ¿Ha desaparecido la crítica literaria y,
por tanto, la teoría literaria? ¿Qué corrientes o enfoque debemos tomar en
consideración? Terry
Eagleton (Salford, Inglaterra, 1943), profesor de Teoría Cultural de la
Universidad de Manchester y uno de los pensadores en el campo de la crítica
cultural más brillantes del momento trata de dar respuesta a estas y otras
preguntas sobre la cosa literaria haciendo uso de natural humor que convierte
cada uno de sus libros en un ejercicio de ingenio.
Sirviéndose
como es habitual a lo largo de su obra, de diversas disciplinas, como la más
continental teoría crítica y, lo que resulta más novedoso en una aproximación
al terreno literario, la más característicamente anglosajona filosofía analítica,
el autor de La idea de cultura, El portero, Ideología. Una introducción,
El sentido de la vida o Por qué Marx tenía razón (esta última
también aparecida en Península) trata de definir la literatura (no renunciado a
hablar, frente a quienes han anatemizado estas cuestiones, de su esencia, de su naturaleza) sirviéndose,
en cualquier caso de un modo poroso, de taxonomías como la que, teniendo en
cuenta de qué modo el lector aprecia subjetivamente una obra, la ordena en ficcional,
moral, lingüística, no pragmática o normativa, categorías que, por supuesto, no
se presentan en estado puro, sino a través de diferentes combinaciones.
Si en uno de
sus libros más célebres, Una introducción a la teoría literaria (1983), quien fuera discípulo de Raymond Williams traza
la historia de los estudios literarios contemporáneos, desde el romanticismo
del siglo XIX al posmodernismo de las últimas décadas, aquí este deudor de la
teoría marxista influenciado también por el psicoanálisis se centra de forma
específica en una serie de discusiones en torno al hecho literario en las que
le acompañarán desde eximios representantes de la escolástica, como Tomás de Aquino o Duns Scoto hasta
pensadores contemporáneos como Alain
Badiou, pasando por Austin,
Gadamer o, muy
particularmente, Wittgenstein,
de quien aprovecha su noción de “semejanzas de familia”, para crear una especie
de addenda al ya clásico manual citado
escrito en un periodo muy distinto a aquel en que la deconstrucción y el
posestructuralismo, centro de adhesiones y polémicas a lo largo de toda una
década, estaban en su apogeo, y en el que sin enmendarse la plana a
sí mismo, profundiza y matiza algunos de sus postulados anteriores.
“Quizá los lectores se sorprendan, o acaso sientan cierta conmoción, cuando se vean inmersos en una discusión escolástica medieval. Tal vez sea la propia peste a escolástica que yo mismo desprendo lo que explica mi interés por las cuestiones de este libro. No cabe duda de que existe cierta relación entre el hecho de que me haya educado en el catolicismo y, por tanto, me hayan enseñado, entre otras cosas, a no desconfiar del poder del razonamiento analítico, y mi posterior trayectoria profesional como teórico de la literatura. Habrá quien también atribuya mi interés por la filosofía de la literatura al hecho de que he dilapidado demasiado tiempo del que he pasado en la Tierra en los baluartes atrozmente anglosajones de Oxford y Cambridge.”
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