lunes, 11 de marzo de 2013

Linkgua, sello editorial especializado en la digitalización de textos de la literatura hispanoamericana, cumple diez años alcanzando los 1.400 títulos disponibles


Ángela Ruiz, precursora del libro electrónico.

A casi nadie se le escapa ahora mismo que el mundo del libro afronta uno de sus momentos más decisivos, si es que no el más crítico, como sostienen muchos, desde que Gutenberg inventara la imprenta de tipos móviles allá por mediados del siglo XV. Viendo los escaparates y mesas de novedades, a un observador poco informado podría chocarle esta afirmación. En países como España, sin ir más lejos, se publica mucho, muchísimo, seguramente demasiado, y con frecuencia bien, algunas veces muy bien, incluso de forma excelente. Y, sin embargo, esta rica diversidad no debe hacernos olvidar que la incertidumbre reina por doquier y que a los retos propios de la revolución tecnológica, ha venido a sumársele en las principales economías occidentales una crisis casi sin precedentes que ha terminado de acrecentar la confusión. A pesar de que el libro electrónico no ha matado aún, como preveían algunos, la estrella del papel, y de que cada vez se alzan más voces reivindicando el carácter irreemplazable de ese artefacto que es el libro “de toda la vida”, el hecho es que el sector –por paradójica que resulte la eclosión de una nueva hornada de sellos editoriales de indiscutible calidad– se encuentra en un momento más que delicado. La cadena de comercialización hace tiempo que presenta graves grietas y, ante el continuo cierre de librerías, el descenso prolongado de ventas, la huida de la contribución pública o las consecuencias derivadas del infernal ciclo de la distribución, el escenario se torna a medio plazo bastante lóbrego.

Prácticamente todos los actores implicados coinciden en que resulta necesario buscar alternativas a la actual situación y a falta de grandes planes globales, desde hace algunos años muchas empresas han emprendido a tientas ese camino incierto, a veces apostando sin ambages por el territorio netamente digital, donde los costes son inferiores pero la visibilidad también resulta menor, al menos de momento, en otras ocasiones, profundizando en un abierto, incluso atomizado, escenario dual que está llevando a la mayoría de sellos, aunque a regañadientes en muchos casos, a tratar de abarcar el mayor espectro posible.

A medio camino entre la edición tradicional y el futuro digital tendríamos que situar proyectos como Linkgua, sello editorial especializado en la edición impresa y digital de obras clásicas de la literatura hispanoamericana, que acaba de cumplir ahora nada menos que diez años de vida, preciándose de haber llevado a cabo la digitalización de 1.400 títulos distribuidos en siete colecciones (Historia, Leyes, Narrativa, Pensamiento, Poesía, Religión y Teatro), y generando en este periodo un promedio de 35.000 descargas de libros electrónicos al año a un precio medio de 2,50 €.

Gracias a los acuerdos de Linkgua con empresas de todo el mundo líderes en la impresión bajo demanda y a la distribución a través de empresas como Amazon, Barnes and Noble, Casa del Libro o Apple, sus ediciones, accesibles a través de 1.200 puntos de venta, están al alcance de lectores de cualquier rincón del mundo. Al eliminar gastos de almacén, de distribución y devoluciones, han conseguido ser muy competitivos en precios, hasta el punto de que sus libros impresos pueden adquirirse a 8 €, lo que supone más de cuatro euros por debajo del precio medio en España.

El objetivo al que se dirigen sus responsables pasa por impulsar una nueva forma de editar y de leer dentro de un mercado en proceso de reconversión, y en el que, aseguran, todo está por definir. En este sentido, más que una selección de títulos debidamente editados, estos emprendedores quieren ir un paso más allá, personalizando sus productos , adecuando el aparato de notas, el glosario o la bibliografía  a los intereses y las necesidades de la institución o usuarios del texto.

El horizonte de Linkgua sería, de este modo, ambición no les falta, crear un Diccionario de la literatura hispana y una bibliografía de todo el fondo editorial, susceptibles de ser enriquecidos y actualizados constantemente, en diversos formatos, “conformando así una especie de biblioteca global de la literatura hispana”.

De momento, el proyecto dirigido por Rado Molina, que desde principios de año estrena imagen, cumple un decenio en la brega publicando, entre otras novedades, títulos como Mujerongas de Gretel J. Singer, De vuelta de José Abreu Felippe o Rusia en 1931 de César Vallejo. Que sean muchos años y libros más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...