Henry
y Cato.
Iris Murdoch.
Traducción de Luis Lasse.
Impedimenta.
Formato: rústica. 14x20 cm.
448 páginas.
PVP: 23,95€.
Las primeras
líneas de Henry y Cato ya presagian
que nos encontramos ante una obra poderosa. Para una lectora tan
cualificada como la escritora Joyce Carol Oates,
sin ir más lejos, la que hacía la número dieciocho fue la mejor novela de su autora y uno de los
mayores logros narrativos de las últimas décadas. Y es que a pesar de su
intensa dedicación a la filosofía –Murdoch llegó a firmar el primer estudio en
inglés sobre la obra de Jean-Paul Sartre– y a la influencia que pensadores
como Platón, Sigmund Freud o Simone Weil
dejaron en su producción, esta discípula de Wittgenstein que ha sido
considerada como una nueva George Eliot por su capacidad para retratar de forma
cáustica las contradicciones de la sociedad de su tiempo, tuvo la indudable
virtud de combinar en sus mejores trabajos la preocupación, que jamás le
abandonó, por temas de índole moral con
ingeniosas tramas en las que junto a la refinación intelectual hay lugar
también para el humor negro e incluso la irrupción del elemento fantástico en
el reino de lo mundano.
En Henry
y Cato Iris Murdoch (Dublín, 1919 - Oxford, 1999) nos invita a acompañarla
a través de un estimulante recorrido por los paisajes más sórdidos y al tiempo
más generosos del alma humana a través de encuentro en el convulso Londres de
mediados de los años setenta entre Henry Marshalson, quien tras la muerte de su
hermano mayor regresa de los Estados Unidos, donde durante nueve años había
llevado una desprejuiciada vida de profesor universitario, convertido en el
heredero de una fortuna que no desea, y Cato Forbes, un sacerdote de mediana
edad que, tras haberse enamorado de un seductor e intrigante muchacho del
barrio marginal de Londres en el que oficia, se ve inmerso en una profunda
crisis de valores que le lleva a replantearse cada una de sus creencias.
Después de varios años sin verse, y en un
momento de sus vidas especialmente crítico, los itinerarios de estos dos hijos
pródigos vuelven a mezclarse de forma inesperada en una espiral, no exenta de
efectos melodramáticos, de despropósitos y venganzas que les lleva a
enfrentarse a sus propios miedos y a los lastres de su propia herencia familiar
en su búsqueda de una redención que amenaza con tornarse inalcanzable.
Con Henry
y Cato Impedimenta inicia la
recuperación de algunas de las novelas “perdidas” de quien debutara en 1954 con
Bajo la red –considerada por la
revista Time como una de las 100 mejores novelas de la literatura inglesa del
XX– así como la traducción de varios de sus títulos inéditos hasta ahora en
español.
“Aproximadamente a la misma hora en que Cato Forbes iba de un lado para otro en medio de la niebla sobre el puente de Hungerford, Henry Marshalson se despertaba de una breve siesta en un Jumbo que sobrevolaba el Atlántico rumbo al Este. Había salido de Nueva York con la luz del día, y el avión había ascendido hasta situarse en una especie de tiniebla estratosférica azul rosácea, que era ya casi opaca.Al despertar, Henry había cobrado conciencia instantánea de algo nuevo y maravilloso en el mundo. Un inesperado prodigio había ocurrido en su vida. ¿Qué era? Ah sí, que su hermano Sandy había muerto.”
Estupenda reseña, intentaré seguiros en el nuevo formato. La mía en: http://heroinasdiscolas.blogspot.com.es/2013/10/henry-y-cato.html
ResponderEliminarSaludos,
S.
Hola, Henry y Cato la publicó en 1981 Alfaguara. Impedimenta la reedita manteniendo la traducción de Luis Lasse, en cuyo caso no hablamos de un inédito, ni de una traducción nueva.
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