Panorama desde el puente.
Arthur Miller.
Edición de Ramón Espejo Romero.
Cátedra. Colección: Letras Universales.
Rústica Hilo. 11,5 x 18 cm.
200 páginas.
PVP (IVA incluido): 11,80 €.
Fecha de publicación: septiembre de 2012.
Panorama desde el puente tiene su origen
en una historia que Arthur Miller escuchó mientras trabajaba en los astilleros de
Brooklyn: un estibador había denunciado a dos hermanos ante las autoridades de
Inmigración. El tema de la inmigración es, a primera vista, el que permite que
la obra, estrenada en el Coronet Theatre de Broadway el 29 de septiembre de 1955, cruce
fronteras temporales y espaciales y resulte relevante en cualquier momento o
sociedad. De este modo, la acogida por parte del estibador Eddie Carbone -italoamericano
de Brooklyn, que vive con su esposa Bea y con Katie, la hija de la fallecida
hermana de ésta-, de dos inmigrantes que huyen de la miseria que padecen en
Europa, es uno de los principales motores de la acción dramática. Pero reducir
la esencia de la pieza a este motivo, por tremenda que sea la realidad a la que
aluda, sería olvidar el resto de componentes que siguen convirtiendo a esta obra, que viene precedida por la publicación de El crisol -más conocida en España por Las brujas de Salem y en la que también se reflexiona, a pesar de que la acción se traslade a finales del siglo XVII, sobre la persecución y las delaciones que marcaron la etapa del mccarthismo-, en un clásico contemporáneo.
Así, usando como telón de fondo la
inmigración, Miller, valiéndose de las lealtades y deslealtades, del amor
apasionado, la infidelidad, los celos y la venganza, reflexiona sobre las fronteras entre la ley y
la moral situándonos ante una perturbadora posibilidad: el que algo no
necesariamente inmoral sea ilegal; mientras que algo que podría ser claramente
inmoral no suscite en la ley más que indiferencia.
Cuando Arthur Miller escribe y estrena en
1955 Panorama desde el puente (en España es llevada a las tablas, con
traducción de José López Rubio, tan sólo tres años después) es, sin duda, un
autor ya consagrado tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Una vez
más, el dramaturgo norteamericano –nos recuerdan desde Cátedra, editorial que
incorpora este título a su imprescindible y selecta "marca blanca", la de Letras
Universales- "sigue empeñado en mostrarle al hombre contemporáneo quién es y
cómo vive, y le invita a reflexionar sobre quién podría ser y cómo podría
vivir."
Precisamente, de las claves de esta obra concebida originalmente como una tragedia griega, da buena cuenta el profesor de la Universidad de Sevilla Ramón Espejo Romero -quien el pasado año preparara otra edición crítica, en este caso de El crisol-, en el estudio introductorio que, como es habitual, acompaña a la obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario