[Domingo, 13 de enero de 2013]
“Al principio era el nombre. Esa frase resuena
todavía en mis oídos como una pequeña jugarreta del azar. Comenzar con uno de
resonancias literarias como «Bassarai», en honor de las bassarides o bacantes
tracias que dieron muerte a Orfeo. Un proyecto que no sabemos cuánto
durará”. Así se inicia, un 1 de enero de 1996, el diario profesional de Kepa Murua y, consecuentemente, la
primera parte (titulada Los pasos inciertos) de las Memorias de un poeta metido
a editor publicada por Milrazones y en la
que se recogen los apuntes correspondientes a aproximadamente la mitad de los
quince años de vida de la editorial vasca dirigida por este poeta hace
cincuenta años en Zarautz (continuar
leyendo).
[Domingo, 30 de diciembre de 2012]
El esperado encuentro con los ubérrimos
libreros menonitas responsables de la espirituosa casa editorial GingerApe Books&Films
se produjo en un lugar ultrasecreto situado en un lugar prácticamente
inaccesible, a 37 millas de Amberes, tomando el desvío de la comarcal AB-303,
pasada la gasolinera de la Shell, cuatro grados latitud norte, en una cabaña
junto a un pantano cuyo paradero me comprometí a no revelar jamás (continuar
leyendo).
[Domingo, 18 de noviembre de 2012]
Lo reconozco. Afronto –¿o será enfrento?–
esta entrevista corroído –llevaba tilde, ¿verdad?– por las dudas. Y eso que la
idea fue mía. En qué momento, me pregunto, se me ocurriría proponerle al
presidente –¿minúscula?– de la Unión de Correctores –en mayúscula, ¿no?– que
participara en esta sección. ¡Y encima por escrito! Todavía si fuera en persona
o por teléfono los riesgos de meter la pata se reducirían –‘restringir’ aquí no
vale, creo– considerablemente. Pero, negro sobre blanco, estoy vendido. Esta
gente no tiene –¿o era tienen?– compasión. Son de los que escriben ‘bumerán’,
con tilde en la ‘a’, no sé si me entienden (continuar
leyendo).
[Domingo, 11 de noviembre 2012]
Echar una mirada al fondo editorial de Páginas de Espuma es
asomarse a un territorio mágico en el que podemos encontrar sentados a una
misma mesa a los espíritus de Dickens, Jane Austen o Mark Twain; colocados un
estante más arriba o más abajo nuestra mirada descubrirá en los lomos los
nombres de Poe, Lovecraft o Mary Shelley; en otro pasillo Chéjov, Dostoievski o
Turguéniev, se disputarán con Clarín, Unamuno o Machado nuestra atención hasta
que no tengamos más remedio que hundir la cabeza entre sus tomos; a través de
una caja recién abierta veremos a Daudet, Maupassant o Schwob, que intentarán
seducirnos mirándonos a los ojos desde sus portadas; y cuando no, serán los
hispanoamericanos (Bioy, Quiroga, Uslar Pietri, Berti…), los valores
consagrados de la literatura en español (Llamazares, Manguel, Paz Soldán,
Quiñores…) los que un día fueron emergentes (los Neuman, Paul Viejo, Pilar Adón, Vicente Luis Mora, Patricia
Esteban Erlés...) (continuar
leyendo).
[Domingo, 4 de noviembre de 2012]
En el prefacio a la edición española de La
filosofía política del siglo XX (publicado por Akal), el profesor de Teoría
política en la Universidad de Glasgow, Michael H. Lessnoff, escribía:
“El
siglo XX de la era actual parece estar concluyendo, al menos en el llamado
mundo «occidental» con una nota de sorprendente esperanza. El «mundo libre»,
ese concepto ambiguo e incluso poco honrado, tanto tiempo utilizado como arma
propagandística durante la Guerra Fría, es ahora una realidad que se está
extendiendo desde Norteamérica a Europa Central, e incluso más allá. Desde la
década de los setenta en adelante –continuaba el investigador-, dentro del
ámbito europeo, un país tras otro han abandonado una u otra forma de
autoritarismo para abrazar un régimen de democracia y de libertad individual
(…) Es un hecho sorprendente aunque alentador que los Estados mundiales más libres
y democráticos sean también las potencias económicas y militares más poderosas”
(continuar
leyendo).
[Domingo, 28 de octubre de 2012]
Desde que en 1975 una España traumatizada
por casi cuarenta años de dictadura y una terrible guerra civil cuyas heridas
se encontraban aún en carne viva, decidiera avanzar por la senda democrática,
muchos han sido los logros cosechados. En materia de derechos individuales y en
servicios básicos como educación y sanidad, los progresos han sido inmensos. La
inversión en infraestructuras y nuevas tecnologías, la incorporación en las
principales organizaciones internacionales, los progresos en materia de género,
transformaron al país situándolo en una posición de privilegio dentro del
panorama internacional (continuar
leyendo).
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