viernes, 3 de mayo de 2013

Catarata publica ‘Viajes del Adventure y el Beagle’: diario en el que el marino Robert Fitz Roy nos detalla una de las aventuras científicas más apasionantes de la historia



Viajes del Adventure y el Beagle.
Diario.
Robert Fitz Roy.
Introducción y traducción de Armando García González.
Libros de la Catarata.
Formato: 16x24 cm.
584 páginas.
PVP: 35€.
Fecha de publicación: abril de 2013.

Durante casi cinco años, tras haber zarpado de la bahía de Plymouth el 27 de diciembre de 1831, el HMS Beagle, un bergantín de la clase Cherokee de la Marina Real Británica reconvertido más tarde en una bricbarca, realizó poniendo rumbo a América del Sur y las islas adyacentes, uno de los viajes científicos más importantes y fructíferos de los tiempos modernos. A lo largo de su periplo, un joven Charles Darwin, mientras el Beagle medía corrientes oceánicas y cartografiaba la costa, se dedicó a realizar todo tipo de investigaciones geológicas en tierra firme y a recopilar ejemplares, enviando regularmente sus hallazgos a Cambridge, mientras mantenía una nutrida correspondencia con su familia que terminaría convertida en el célebre diario de su viaje.

Planta y alzado del HMS Beagle.
Sin embargo, pese a ser el autor de El origen de las especies quien terminaría convirtiéndose en el más eximio pasajero de la expedición, el interés de esta aventura no se reduce a la fascinación que despierta la figura del naturalista. A bordo iban también hombres como el capitán e hidrógrafo Robert Fitz Roy (Suffolk, 5 de julio de 1805–Surrey, 30 de abril de 1865), cuyo papel en los descubrimientos de Darwin no es menor (aunque más tarde reconocerá sentirse traicionado por las tesis del evolucionista enarbolando apasionadamente la bandera de la fe) y que amén de excelente marino, destacó, entre otros campos, por ser un relevante conocedor de las matemáticas de su tiempo. Su viaje de exploración por las costas de América del Sur y las islas del Pacífico permitió mejorar las cartas y levantamientos de esas costas, hechos en esas mismas regiones entre 1826 y 1830 por los buques Beagle y Adventure y tanto en ese viaje como en el posterior, realizado por esos buques comandados por Fitz Roy, se llevaron a cabo –aparte de los de Darwin– importantes descubrimientos meteorológicos y de ciencias naturales. Su interés por la meteorología le permitió desarrollar técnicas básicas de previsión meteorológica y diseñar instrumentos, como un barómetro y un termómetro prototipo de estación meteorológica.  También, quien tuviera sus propias colecciones y se encargara de enviar a los museos británicos diversos especímenes, inventó un sistema de señales y avisos de temporales que salvó muchas vidas en los años siguientes y produjo las primeras previsiones meteorológicas diarias.  

La traducción del diario de Robert Fitz Roy, personaje de gran carácter que como gobernador de Nueva Zelanda años más tarde habría de vérselas con los colonos ingles por defender los intereses de los maoríes, que Libros de la Catarata acaba de presentar –y que ya apareció publicado en vida del autor– nos ofrece precisamente el relato de ese gran marino y hombre de amplia cultura, miembro de la Royal Society que, enrolado en una aventura de leyenda, terminaría quitándose la vida tras vivir innumerables peripecias casi dos décadas más tarde aquejado de una profunda depresión.

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