Nos siguen llegando buenas noticias para
los admiradores de las letras rusas después de que, por citar algunos, en los
últimos tiempos hayamos saludado en este mismo blog la aparición de libros como
la traducción de la
prosa completa de Ajmátova, una nueva edición
ilustrada de La muerte de Iván Ilich
o la publicación de la
última obra de Anna Starobinets. Y es que esta semana llegará a las
librerías el quinto de los seis volúmenes que integran los Relatos de Kolimá de Varlam Shalámov,
uno de los escritores que más poderosamente nos ha trasladado sus experiencias en
los campos de trabajo siberianos, a los que consiguió sobrevivir
milagrosamente.
En El
guante o RK-2 (RK son las iniciales de Relatos
de Kolimá) el también poeta y periodista ruso, así como autor de una amplia
producción autobiográfica, nos entrega el último de los volúmenes, ordenados
por él mismo, en los que utiliza el cuento como vehículo de expresión, toda vez
que la forma literaria escogida por el autor en el sexto y último apartado
de la colección será la del ensayo.
Se trata de veintiún relatos escritos
en su gran mayoría entre 1970 y 1973, en los que, a pesar del deterioro de su
salud a causa de largos años de terribles privaciones, el autor, para
Jorge Semprún, “sin duda el más grande escritor de la experiencia de los campos
de concentración del siglo XX, sea en los campos nazis o en el gulag soviético”,
no renuncia a continuar con su ingente tarea de encontrar las palabras justas
que traduzcan la herida de Kolimá, su paso por un mundo deshumanizado al que
tuvo que hacer frente en dos periodos distintos durante casi una veintena de
años.
Con El
guante o RK-2 Minúscula publica el último de los volúmenes de cuentos que conforman los Relatos de Kolimá de Shalámov |
Varlam Shalámov (Vólogda 1907-Moscú
1982), el más joven de los cinco hijos de un pope, viajó en 1924 a Moscú donde,
tras trabajar en una fábrica, inició estudios de derecho. En 1929 fue detenido
y condenado a tres años de campo de trabajo en la región de los Urales por difundir
la célebre Carta al
Congreso del Partido, considerada el testamento político de Lenin, crítica
con la brutalidad de Stalin. En 1932 regresó a Moscú; allí trabajó en revistas
y escribió poemas y relatos. En 1937 fue detenido de nuevo y condenado a cinco
años de trabajos forzados en la región de Kolimá, en Siberia. En 1943 volvió a
ser acusado de propaganda antisoviética y fue sentenciado a permanecer en
Siberia diez años más. Gracias a su trabajo como practicante logró sobrevivir
hasta ser liberado en 1953 siendo rehabilitado tres años más tarde y dedicando
buena de sus energías a partir de ese momento y hasta su muerte en 1982, a
forjar esta amarga crónica sobre el Gulag, al tiempo que trababa amistad con
otros intelectuales, víctimas igualmente de los abusos del régimen de su país,
como Aleksandr Solzhenitsyn, Borís
Pasternak o Nadezhda Mandelstam.
La primera edición en ruso de Relatos de Kolimá, su obra cumbre y que
ahora se publica íntegra por primera vez en castellano de la mano de Minúscula, apareció en Londres en
1978, después de haber conseguido salir de manera clandestina de la Unión
Soviética y de haberse publicado en forma de traducción en Occidente desde 1966.
Sin embargo no sería, hasta 1987 que su obra se publicara finalmente en la
Unión Soviética: como en el caso de
Vasili Grossman, del que hablábamos aquí hace unos días, coincidiendo con la
aperturista etapa de Mijaíl Gorbachov al frente de la Secretaría
General del Partido Comunista de la Unión Soviética.
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