Ken Kesey, autor de ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, nos presenta de la mano de El Aleph su segunda y para muchos su mejor novela: ‘Casta invencible’.

Casta invencible.

Ken Kesey.

El Aleph Editores.

Formato: 21,50x14 cm.

792 páginas.

PVP: 22,95€. Ebook: 17,99€.

Fecha de publicación: febrero de 2013.

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Aunque más conocido por ser el autor de Alguien voló sobre el nido del cuco, novela magistralmente llevada al cine por Milos Forman, con Jack Nicholson y Louise Fletcher en los papeles principales, para muchos críticos fue precisamente su siguiente obra, Casta invencible –también adaptada a la gran pantalla, en este caso con dirección de Paul Newman, quien encarnó, junto a Henry Fonda, a uno de los protagonistas– la que constituyó su trabajo más importante y ambicioso.

Ken Kesey (La Junta, Colorado, 1935- Oregón, 2001) nos cuenta aquí la historia de los Stamper, una familia de leñadores de Wakonda, un pueblo imaginario de Oregon que se enfrenta a una huelga de los sindicatos de leñadores que deciden así rechazar la reducción de trabajo provocada por la aparición de las sierras eléctricas. Sin embargo, lejos de achantarse, los Stamper, dueños de su propia empresa y sin ninguna conexión con los sindicatos, deciden no solo seguir trabajando sino abastecer la región con toda la madera que los demás trabajadores habrían suministrado de no haberse convocado una huelga.

La adaptación, obra de 1970, recibió dos nominaciones a los Oscar.

Intensa y absorbente, reivindicada como merecedora de ocupar un lugar en el canon literario de las grandes novelas americanas, Casta invencible nos sitúa, como señaló en su día la revista Esquire, frente a un “narrador exuberante” que traza un profundo análisis de las relaciones familiares mientras rinde tributo, como nos recuerdan desde la propia editorial, a la testarudez, al coraje y a la fortaleza de unas convicciones que no ceden a las manipulaciones de la presión social.

Nos encontramos, además, ante la segunda novela de uno de los padres de la contracultura, un autor autodidacta, que buscaba inspiración en la cultura pop norteamericana y que a pesar de terminar cierto día hastiado de las mismas fórmulas expresivas, de la experimentación con drogas y de las persecuciones policiales, permaneció hasta el final de sus días representando a una de las figuras emblemáticas del underground contestatario norteamericano. De su perfil, no sólo físico, nos dejó en su día esta breve semblanza Tom Wolfe:

«...tiene muñecas gruesas y antebrazos robustos, y la forma en que los mueve lo vuelven gigantesco. Parece más alto de lo que es, quizá por la magnitud de su cuello. Tiene un cuello enorme, con un par de esternocleidomastoideo que surgen de la prisión de su camisa de trabajo como cabos de amarre. La mandíbula y el mentón son macizos. Se parece algo a Paul Newman, pero es más musculoso, tiene el pellejo más duro y unos apretados rizos rubios que burbujean alrededor de su cabeza. Casi no le queda pelo en la coronilla, pero de alguna manera esa carencia sienta muy bien a su enorme cuello y a su estructura de luchador. Entonces esboza una leve sonrisa. Es curioso, no tiene una sola arruga en el rostro. Después de tanta caza y tanta lucha, parece encontrarse en la tercera semana de estancia en un balneario: sereno».

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