Belén Esteban, portada del suplemento de televisión de Le Monde. Semana del 20 al 26 de agosto de 2012. |
“Madame Bovary leía folletines y se daba de bruces contra el mundo al intentar llevar esos personajes a la realidad; Belén Esteban no copia a nadie: se ha inventado uno que irrumpe como un elefante en una fábrica de porcelana y arrasa con todo sin freno alguno”.
Dos años después de que apareciera el más que sugestivo Belén Esteban y la fábrica de porcelana. Las múltiples vidas de un personaje en la hiperrealidad este “fenómeno” no solo constituye un capítulo más o menos destacado, desolador si se
quiere, pero en cualquier caso inextirpable de la historia de la televisión en
nuestro país, sino que sigue representando una vívida muestra de nuestra más
elocuente realidad social, como destaca el hecho de que en los últimos días
un periódico como Le Monde haya decidido abrir su sección de Televisión con la
imagen de la “copresentadora” del programa ‘Sálvame’ en un momento de su “trabajo”.
El diario francés vuelve a poner así su
lupa sobre un fenómeno que Roig estudia detenidamente en una obra que vuelve a
estar de rabiosa actualidad, brindándonos la ocasión de asomarnos de frente -en sentido literal y metafórico- a ese espacio mediático en el que “la Esteban” se desenvuelve como “una
muñeca rusa”, pudiendo ser ante las cámaras, todo a la vez, “madre, vecina, ama
de casa, alumna de baile o ciudadana desencantada”. Un espacio en el que no es
necesario ser “artista, ni periodista, ni actriz, ni nada que justifique su
presencia” y que es el perfecto símbolo de una época que se mueve “a velocidad
de zapping”, y en la que las antiguas certezas –como advierte el autor- ceden “a
la flexibilización laboral y el malestar perenne”.
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