Las
pasiones.
Giacomo Leopardi.
Traducción y epílogo de Antonio Colinas.
Introducción de Fabiana Cacciapuoti.
Siruela.
Formato: cartoné. 14,5x21,5 cm.
200 páginas.
PVP: 19,95€. Epub: 9,99€.
Fecha de publicación: junio de 2013.
“La impresión que produce el inesperado anuncio de una grave desventura no se acrecienta proporcionalmente por la mayor o menor gravedad de ella. El hombre en ese momento la considera como un todo, y el ímpetu del dolor se descarga sobre ella; de tal manera que no se hubiera podido duplicar si la desventura que se le anunció hubiese sido doblemente mayor.Sin embargo, si desde el principio le hubiese sido anunciada de esta manera, porque sobrevenía a otro anuncio, el desenlace del asunto hubiera conducido al acrecentamiento del dolor, si bien ni siquiera entonces este aumento sería proporcionado a la duplicidad de la desgracia; porque el alma está ya agotada y como entorpecida por el dolor pasado.Ayer, en medio de una fiesta, dos chiquillos fueron alcanzados por una piedra caída de un tejado. Se difundió la voz de que los dos podrían ser hijos de una misma madre. Luego, la gente se consoló al saberse que pertenecían a dos mujeres diferentes. ¿Qué supone esto sino alegrarse, porque el dolor en verdad se duplica, siendo igualmente grave en ambos casos?Cuanto sucedió en uno de los casos hubiese sido lo mismo que si hubiese sucedido en los dos. Y la que desfallece ante la noticia no habría podido sufrir más si su desgracia, en sí misma, no hubiese sido doble. Prescindiendo del hecho de que la muerte de los dos hijos le habría privado completamente de su maternidad –lo que cambiaría el sentido de la desgracia– y no es el caso. Y también podría darse que aquel solo hijo que ella perdió fuese único, con lo que no habría lugar a hacer esta consideración.”
Este fragmento, auténtico dechado de
sensibilidad y perspicacia psicológica, así como el resto de pasajes sobre las
pasiones que aparecen recogidos y ordenados según el índice leopardiano en esta
edición, constituyen un “material de trabajo” que quedó inconcluso por parte
del autor de los Cantos. Aunque
provisionales, los textos sobre las pasiones de Leopardi (Renacati,
1978- La Ginestra, 1837), que ahora llegan a nuestras manos con traducción del
poeta Antonio Colinas, representan
un conjunto de pensamientos, articulado y unitario, acerca de temas relativos a
las diferencias de sensibilidad que hay entre el hombre antiguo y el moderno,
entre el hombre “natural” y el transformado por la modernidad, entre sus amados
autores grecolatinos –a quienes rindió homenaje en sus odas griegas y de
erudición histórica desde su primera juventud– y las lecturas de sus coetáneos,
constituyendo, por tanto, una ejemplar muestra de aquello que en su día ya
expresara el polígrafo santanderino Marcelino Menéndez
Pelayo: “Lo que tiene mejor Leopardi no es su filosofía desesperada, hija
del siglo y del carácter del poeta, sino la forma purísima, de la cual es
deudor a los griegos.”
La vida del propio poeta, revelada en
algunas leves anécdotas y expresada, con amargura y
lucidez gracias a su
inconfundible filosofía del pesimismo, se observa al fondo de estos complejos y
agudísimos textos reunidos bajo el rótulo Tratado
de las pasiones, título de una nota autógrafa del escritor italiano en la
cual se enumeran 164 fragmentos del Zibaldone
(di pensieri), su diario
personal, escrito entre 1817 y 1832 y que consta de más de 4.500 páginas.
Retrato de Leopardi (1847). Por Domenico Morelli. |
Se trata, de este modo, como nos indican
desde Siruela,
de un índice temático redactado en 1827 junto con otros índices del mismo tipo
dedicados a ambiciosos proyectos y que no sería desarrollado posteriormente, llegando
a plantearse la hipótesis de si Leopardi no trató de fijar un “sistema”
filosófico que debía comprender diversas áreas del saber extraídas de la enorme
mole de los apuntes que fue tomando a lo largo de los años y que serían
publicados por primera vez en siete volúmenes a finales del siglo XIX.
De sentimientos como el hastío, la
envidia, la venganza, de valores como la amistad o la compasión, de vicios como
la vanidad o la falta de civismo, entre otras muchas “pasiones” nos habla aquí este
maestro universal del desengaño.
- Puede leer aquí algunos pasajes de la obra.
Tiene una pinta impresionante, el libro. Gracias por el descubrimiento.
ResponderEliminar