martes, 27 de noviembre de 2012

Chaves Nogales nos cuenta de primera mano en ‘Ifni, la última aventura colonial española’ su periplo con la expedición española que tomó este territorio en 1934



Ifni, la última aventura colonial española.
Manuel Chaves Nogales.
Editorial Almuzara.
Formato: Rústica. 14,5 x 22 cm.
152 páginas + 8 ilustraciones.
PVP: 15,95€. 
Fecha de publicación: noviembre de 2012.

Después de haber publicado con notable éxito otros títulos del autor como La ciudad, Bajo el signo de la esvástica o Andalucía roja y la Blanca Paloma, vuelve a la librerías con una nueva entrega –y no será la última, apuntan los responsables de la editorial–, Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897-Londres, 1944), en este caso trayéndonos bajo el brazo un amplio reportaje realizado para el diario Ahora, entre abril y mayo de 1934, titulado Ifni, la última aventura colonial española, que resulta a día de hoy un documento imprescindible para conocer las circunstancias en las que se llevó a cabo la ocupación por medio de una exigua fuerza expedicionaria española (a la que se “acopló” el periodista) del territorio marroquí de Ifni, situado en la costa suroeste, justo por encima del Sáhara occidental, ordenada por el gobierno de la República. 

Ifni era una posesión colonial hasta entonces no hecha efectiva y abandonada como “uno de esos objetos valiosos que se apolillan en los desvanes”, según narra el autor y que “ahora la República, buena señora de clase media, que no puede permitirse el lujo de tener cosas de valor abandonadas en los desvanes, se encuentra con este residuo colonial, lo desempolva, y se pregunta: ¿para qué puede servir esto a mis hijos? La vida es dura; hay que sacar provecho a todo y liquidar lo que no sirva para nada”.

Chaves Nogales que siempre había defendido que “Marruecos es un hecho tan confuso que todo es posible”, visitará junto a algunos militares  toda la zona sin peligro, realizará amistosas entrevistas a los jefes locales, tan llenas de humor como de respeto y trazará un breve perfil del héroe del momento, el coronel Capaz, y de las riquezas y miserias del territorio. Sin embargo, a pesar de su sorpresa y alegría ante el carácter poco traumático y nada violento de la expedición, Chaves Nogales no dejará de advertir –sin saber que pisaba el futuro escenario de la última guerra colonial española, el episodio de SidiIfni entre 1957 y 1958-  entre las diferencias de una “verdadera ocupación” y una simple “posesión simbólica del sitio”.

Redactor jefe de El Heraldo y director de Ahora, el sevillano Chaves Nogales se convirtió en la referencia más avanzada del periodismo en la época de la República, pero no ha sido hasta fecha muy reciente –gracias a la labor de investigadoras como María Isabel Cintas, instituciones como la Diputación de Sevilla o editoriales como las andaluzas Renacimiento y  Almuzara–, que ha sido reconocido como una de las referencias de la literatura y el periodismo español del siglo XX. 

En 1921, justo mientras dejaba preparada la publicación de su primer libro, La ciudad, dedicado a escudriñar el alma difícil de su ciudad natal, se marchó a Madrid, haciendo escala en Córdoba, para hacer carrera en el mundo del periodismo, en el que no tardaría en brillar gracias a reportajes de denuncia como los que firmó sobre la Rusia bolchevique y los regímenes fascistas.  Su obra literaria, entre el periodismo y la novela, dejó varios libros fascinantes de tema ruso (como La vuelta a Europa en avión, La bolchevique enamorada, Lo que ha quedado del imperio de los zares y El maestro Juan Martínez que estaba allí) y ya en 1935 conquistará un enorme éxito editorial con su archiconocida serie periodística sobre Juan Belmonte aparecida en La Estampa y La Nación, que sería publicada en forma de libro y le daría fama internacional. 

Con la guerra tuvo que abandonar España y, tras un periodo en París, del que surge buena parte de su libro La agonía de Francia (1941), se instala en Londres, donde seguirá desarrollando una labor periodística internacional de primera fila. En el clima de exilio y guerra, con la salud muy desmejorada, una desafortunada intervención quirúrgica le produjo la muerte mientras preparaba un libro con los testimonios de refugiados de la ocupación alemana. 

Del autor del reportaje que ahora recupera Almuzara, dijo el escritor Antonio Muñoz Molina –en aquella ocasión con motivo de la publicación de la obra de Chaves  La defensa de Madrid–: “ hasta descubrir este libro yo estaba seguro de que los mejores testimonios sobre la defensa de Madrid eran los de Arturo Barea y Max Aub. Chaves está a la altura de cualquiera de los dos. Y como en Barea y en Aub, el testimonio de Chaves es de una madurez política que a estas alturas, tantos años después, provoca tanta admiración y tanto escalofrío como su calidad literaria y humana”.

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